Biochar: el carbón ecológico que busca transformar Haití y combatir la deforestación.
Haití enfrenta una grave crisis de deforestación, en parte debido a la dependencia generalizada del carbón vegetal como fuente de energía. Sin embargo, una solución sostenible emerge en forma del biochar, un carbón orgánico producido mediante la carbonización de residuos biodegradables, como restos agrícolas y de madera. Este combustible no solo busca mitigar el impacto ambiental, sino también generar beneficios económicos para las comunidades haitianas.
Desde mayo de 2024, iniciativas como las lideradas por la Organización de Jóvenes Combatientes Activos para el Desarrollo de Burin (Ojcabd), junto con la Universidad Notre-Dame de Haití y Fanm Franchiz, trabajan para popularizar el uso del biochar. “Nuestro objetivo es producir un combustible que permita cocinar sin dañar el medio ambiente”, afirma Jhems Aristil, agrónomo y promotor del proyecto. Aristil explica que, hasta diciembre, se logró producir cerca de 250 kilogramos de biochar, utilizando residuos como cáscaras de plátano, yuca y hojas secas recolectadas por los residentes de la comuna de Torbeck, en Ville des Cayes.
Este carbón ecológico se distingue por su densidad, su color negro uniforme y su combustión más limpia, que genera menos humo y residuos. A partir de 2024, el proyecto intensificó su producción gracias al apoyo de voluntarios locales. Además, se impartieron talleres para enseñar a más personas a fabricarlo y usarlo adecuadamente.
Impacto y acogida en la comunidad
El biochar se comercializó desde sus primeros meses de producción en Torbeck, donde los consumidores han destacado sus ventajas. Thérèse Olgat, una de las usuarias pioneras, asegura que este producto no genera tanto humo ni mancha las ollas. “Es una iniciativa que debería replicarse a nivel nacional”, propone Carine Dorélus, otra consumidora de la región.
No obstante, el camino hacia la sostenibilidad energética enfrenta desafíos. Según el Departamento de Minas de Haití, el 71 % de la energía doméstica aún proviene del carbón tradicional, con un consumo diario superior a las 486 toneladas solo en Puerto Príncipe. Aunque esta fuente de energía es accesible y económica, su producción contribuye significativamente a la deforestación, reduciendo la cobertura forestal a menos del 2 %, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Regulación y futuro del sector energético
Pese a que la producción de carbón vegetal genera ingresos estimados en 300 millones de dólares desde 2012, su informalidad y su impacto ambiental exigen atención. “No se puede culpar únicamente al carbón de la deforestación, pero es un factor importante”, señala Bétonus Pierre, del Departamento de Minas. Otras actividades, como la construcción y la fabricación de muebles, también agravan el problema.
Expertos como Gaël Pressoir, genetista y director de los Laboratorios Chibas-Quisqueya, consideran que el biochar podría convertirse en una herramienta clave para regenerar los bosques, siempre que se integre en un marco regulatorio adecuado. En regiones como Aquin y Cote de Fer, ya se observa un aumento en la cobertura forestal gracias a prácticas controladas.
Para Andrew Tarter, antropólogo de la Universidad de Florida, la clave está en establecer normativas que impulsen una explotación sostenible. “Gestionar adecuadamente este sector no solo minimizaría el impacto ambiental, sino que también transformaría la producción en un pilar económico más estable y beneficioso para el país”, asegura.
Con iniciativas como el biochar, Haití vislumbra una oportunidad para equilibrar el desarrollo energético con la conservación ambiental, dando pasos hacia un futuro más sostenible y prometedor.