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Se enciende la Esperanza: Un Antioqueño con una Variante Protectora contra el Alzheimer

Se enciende la Esperanza: Un Antioqueño con una Variante Protectora contra el Alzheimer
  • Publishedmayo 17, 2023

El cerebro de un hombre que porta la “mutación paisa” (PSEN1 -E280A), cuyos síntomas se manifestaron a los 67 años, podría ser esencial para la creación de nuevas terapias para esta enfermedad. En comparación, los individuos con este gen suelen presentar síntomas alrededor de los 44 años, casi 30 años antes que este caso atípico.

Esta notable revelación fue publicada el lunes 15 de mayo en la reconocida revista estadounidense Nature Medicine.

Yakeel Quiroz, directora del Laboratorio de Neuroimagen en los departamentos de Psiquiatría y Neurología del Hospital General de Massachusetts, describió este hallazgo como “un caso extraordinario”. El descubrimiento fue realizado por un equipo internacional de investigadores del Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia (U de A).

Descubrimiento extraordinario y la ‘mutación paisa’

Los científicos identificaron el caso de este hombre, que sufrió la enfermedad hasta su muerte a los 74 años, pero sus síntomas no se manifestaron hasta su vejez.

Su caso es bastante peculiar, ya que investigadores colombianos ya habían establecido que los portadores de esta variante desarrollan un deterioro cognitivo leve a una edad promedio de 44 años, llegando a la demencia a los 49 años y muriendo debido a complicaciones alrededor de los 60 años.

A pesar de estar fuertemente vinculado a esta enfermedad, el protagonista de este descubrimiento, miembro de las familias con esa variante genética que causa Alzheimer precoz llamada “mutación paisa” o presenilina-1 E280A, brinda un camino lleno de esperanza para la ciencia.

La naturaleza como fuente de enfermedades y curas

“Lo más fascinante es que si la naturaleza nos demuestra que en ella residen tanto la enfermedad como la cura para el Alzheimer, no vemos ninguna razón para no creer que también alberga la enfermedad y la cura para el resto de las enfermedades neurodegenerativas. Se ha abierto una puerta importante para la prevención y tratamiento de enfermedades incurables”, afirmó Francisco Lopera, coautor principal del artículo publicado en Nature Medicine y el neurólogo que descubrió a esta familia y ha dedicado los últimos 35 años a investigarla a través de su liderazgo en el GNA.

Resistencia y resiliencia: dos casos notables

El descubrimiento de la variante genética tuvo un precedente similar en 2019, cuando este mismo grupo de investigadores informó sobre el caso inusual de una mujer portadora de la “mutación paisa”, que no mostró los síntomas de la enfermedad hasta los 70 años.

Tras la muerte de la paciente, sus familiares donaron su cerebro para que los investigadores continuaran investigando lo que parecía ser una interesante condición de resiliencia a la enfermedad.

Un descubrimiento que podría abrir nuevas vías de tratamiento

Reelin es una proteína de vital importancia en la regulación del desarrollo y función de las células cerebrales. Estudios anteriores han asociado las mutaciones en Reelin con enfermedades tales como el autismo, la esquizofrenia, la epilepsia y el trastorno afectivo bipolar. Las mutaciones relacionadas con estas patologías disminuyen la función de la proteína, mientras que, en el caso de Reelin-COLBOS, la variante protectora para la enfermedad de Alzheimer incrementa la función de la proteína.

El antioqueño protagonista de este innovador hallazgo se sometió a exámenes de neuroimagen en el Hospital General de Massachusetts a los 73 años. Sus exploraciones revelaron que, a pesar de que la carga de placa beta-amiloide era alta y tenía ovillos de tau en algunas regiones de su cerebro, su corteza entorrinal presentaba una patología de tau notablemente muy limitada. La corteza entorrinal desempeña un papel crucial en la memoria y el aprendizaje, y es conocido que su degeneración provoca deterioro cognitivo y demencia. Los estudios en el modelo de ratón con taupatía también mostraron que la variante Reelin-COLBOS protegía contra la patología tau.

Nuevas vías de tratamiento en el horizonte

Los resultados del estudio sugieren posibles nuevas vías de tratamiento, ya que los dos pacientes con protección presentaban niveles extremadamente altos de amiloide en el cerebro y, sin embargo, estaban protegidos contra la taupatía y los síntomas de la enfermedad.

“Casos excepcionales como este ilustran cómo las personas y las familias extendidas con la enfermedad de Alzheimer pueden ayudar a avanzar en nuestra comprensión de la enfermedad y abrir nuevas rutas para el descubrimiento”, enfatizó Yakeel T. Quiroz, coautora principal del artículo.

Quiroz también señaló que los resultados obtenidos con este segundo caso pueden orientar sobre qué parte del cerebro debe ser el foco de la investigación científica para retrasar y detener la progresión de la enfermedad: “nos ayudarán a formular nuevas hipótesis sobre la serie de pasos que, en realidad, pueden conducir a la demencia de Alzheimer”.

Para el equipo de científicos, liderado por el profesor Francisco Lopera, la identificación de estos dos casos de resistencia y resiliencia al alzhéimer autosómico dominante, les ha permitido interpretar la naturaleza. “La lectura que hemos realizado nos ha revelado que la enfermedad y la cura del alzhéimer residen en ella.

Es decir, en la naturaleza podemos encontrar tanto el problema como la solución. La naturaleza realizó un experimento excepcional con estos dos individuos: Les proporcionó a ambos un gen que causa el alzhéimer y, al mismo tiempo, otro gen que los protegió de los síntomas de la enfermedad por más de dos décadas.

Por lo tanto, la solución es “copiar” la naturaleza desarrollando terapias génicas o farmacológicas que imiten el mecanismo de acción de las variantes genéticas protectoras en individuos en riesgo de sufrir la enfermedad”.

Bajo la dirección del doctor Lopera, el Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA) continúa su investigación en colaboración con investigadores de todo el mundo. Su objetivo principal es entender y aprovechar el poder de las variantes genéticas protectoras, como Reelin-COLBOS, para desarrollar nuevos enfoques terapéuticos que puedan retrasar o prevenir el inicio de los síntomas del Alzheimer.

El equipo espera que, al comprender mejor la forma en que Reelin-COLBOS interactúa con otros factores genéticos y ambientales, podrían desarrollarse intervenciones más efectivas que podrían beneficiar no solo a los portadores de la mutación de Alzheimer autosómico dominante, sino también a millones de personas que están en riesgo de desarrollar formas más comunes de la enfermedad.

Además, el doctor Lopera y su equipo están trabajando para mejorar los métodos de diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, con la esperanza de poder detectar la enfermedad en sus etapas más tempranas, cuando los tratamientos pueden ser más efectivos.

La investigación sobre el Alzheimer es un campo en constante evolución. Cada nuevo descubrimiento aporta una pieza más al rompecabezas de esta compleja enfermedad y acerca a los científicos a encontrar maneras efectivas de tratar y prevenir la enfermedad. La contribución del doctor Lopera y su equipo es un ejemplo destacado de cómo la investigación científica puede proporcionar esperanza para el futuro.

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